sábado, 12 de enero de 2013

La Solidaridad de la Belleza


Al hilo de la exposición colectiva solidaria en la que participo 'ARTE SOLIDARIO con la FUNDACIÓN MÚSICA ABIERTA', he querido dejar aquí el bello texto que acompaña la exposición y extiende el sentido de la misma con sus palabras.

               


La solidaridad de la belleza

Siempre ocurre en diciembre, cuando el frio aprieta, cuando los corazones son más sensibles ante la adversidad que durante tantos meses dificultan nuestras vidas. Es entonces cuando, concurrido y proyectado hacia el entorno que le rodea, abre sus puertas un espacio de encuentro, de esperanza y de ilusión colectiva que nace de una doble idea, la de que el arte, entendido como la satisfacción de la belleza, de toda clase de belleza, la artística, la musical, como ese lenguaje universal que todos comprendemos y todos podemos disfrutar, sea el punto de partida para la solución de tantos y tantos problemas que individualmente nunca seríamos capaces de resolver. Somos seres sociales y sólo en el marco de lo social, de la mirada de los otros, de la sensibilidad hacia cuanto nos rodea podemos alcanzar nuestras metas individuales. Decía Pollock que “cuanto más complejo el mundo más abstracto es el arte”. Y él lo sabía bien, pues era un experto en el arte de la complejidad visual del mundo y del arte. 
Aquí cabemos todos, en este espacio, que nos pertenece, se dan cita las múltiples visiones y perspectivas de lo real que nos llegan desde las partes más lejanas del mundo, de nuestro mundo global, que a través de la fotografía, la imagen de lo real, no pone límites a lo infinito del espíritu humano a las infinitas formas de la cultura y el arte. Por otro lado, destacan también el mundo de lo abstracto, de la compleja visión de  lo incomprensible que nos acecha y finalmente el mundo de lo intangible, de aquello que no podemos ver ni tocar pero sí sentir, sentir el camino de la esperanza de enorme magnitud que se abre a nuestros pies, nuestros pies pequeños, diminutos, ante la enorme tarea  de descubrir la necesidad allí donde se encuentre. Pero en este caso es la necesidad de trasmitir la belleza, la solidaridad  de la belleza, el encuentro más esperado, si el dolor es  el recorrido más humano de la humanidad, esta fraternidad trata de buscar un respiro, un rayo de alegría para compartir.
La belleza del paisaje unifica la tierra, pero también en este amplio mundo la tristeza en los ojos de los niños a los que el dolor les arrebató la infancia, es un rasgo común  en   nuestro día a día. Les invito a todos a participar, a fraguar una esperanza, a responder con una sonrisa a tanto esfuerzo, a tanta dedicación para plasmar en la vida, a veces desolada, una primavera de colores y de eclosión creativa, en la que todas las sensibilidades y destrezas parecen estar representadas. Es el valor de la educación activa, de la educación sensible: esa es la ambición sin límites cargada de futuro, de ese futuro que construimos con esfuerzo y esperanza y al que tanto contribuye la libertad que aporta la creación artística.
Oí siempre desde mi infancia que la inteligencia y la bondad valen para todo y así descubrí su sonrisa, su vitalidad y entusiasmo inquebrantables, una casa abierta que te abre las puertas de par en par, que te catapulta a la esperanza desde la desolación nunca reconocida, pequeños pasos lentos, inciertos pero caminando sin descanso hacia la felicidad de los niños, a la búsqueda de esa armonía, de ese sonido misterioso que es la música y que una vez descubierto anida en el niño para no abandonarlo nunca en su vida , en una vida a la búsqueda de la felicidad. Por esa razón estamos todos aquí.


María Antonia Salvador

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