miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿Fiesta para Toros?

LAS LAGRIMAS DEL TORO Nº 39.

Esto queda en la retina para siempre. Los mozos, lo más sensibles y respetuosos con el animal, los cortadores, allí estaban contemplando y velando los últimos instantes de una vida que se iba yendo poco a poco. ¿Qué sentiría el toro en ese momento si pudiera ver esa escena? Sin duda, aún podría escuchar los comentarios, sentir las caricias. Los mozos lloraban por dentro por la muerte de ese bravo toro. Bonito. Él lo hizo después de su muerte. Una muerte tan dolorosa en un final extenuante, sin un soplo de fuerza, un animal que es todo fuerza, no se rinde hasta que sucumbe y cae. "No es una derrota, es un triunfo, no me doblego ni aún arrastras me podréis llevar donde vosotros digais". Lo cierto es que ese toro, lloró y lloró despues de muerto. Quizá esas lágrimas salieron de lo más profundo de  su alma. Lloraba por quien le estaban viendo, ahí sin vida.