Mujeres, memoria del pasado que llevan en sus venas. Muchas de estas
mujeres lo oyeron contar a sus madres o abuelas. Algunas, incluso, vivieron
en ese tiempo despiadado con los más pobres e indefensos. La sinrazón
brutal se hacía con el poder para doblegar a toda costa. Sólo su valor y coraje
les permitieron salir donde la hiel y dolor inflingido era como el poco pan
nuestro de cada día. De aquellas miles y miles de mujeres que lo padecieron
desde la instauración del fascismo, del que a España, le tocó una buena
parte, hasta estos nuestros días, a estas mujeres les sacudió la vida uno de
sus peores reveses: el destierro.
mujeres lo oyeron contar a sus madres o abuelas. Algunas, incluso, vivieron
en ese tiempo despiadado con los más pobres e indefensos. La sinrazón
brutal se hacía con el poder para doblegar a toda costa. Sólo su valor y coraje
les permitieron salir donde la hiel y dolor inflingido era como el poco pan
nuestro de cada día. De aquellas miles y miles de mujeres que lo padecieron
desde la instauración del fascismo, del que a España, le tocó una buena
parte, hasta estos nuestros días, a estas mujeres les sacudió la vida uno de
sus peores reveses: el destierro.
En el recuerdo de aquellas, lo que vieron y padecieron y a través de su
esencia, sentimiento profundo del alma, nos muestran su silencio. Silencio de
siete mujeres cubiertas de duelo, caminan desoladas con un manto de
frialdad y ausencia. Su camino de pena se desvanece con cada paso. No
pueden mirar atrás. Atrás queda el dolor, la sangre; inútil pérdida, la vida. Su
única esperanza y su luz son ellas; llama viva que hacen latir con cada mano,
con cada paso de este incierto camino. En su destierro, nada o casi nada que
llevar. Solo lo puesto. Su equipaje; a lo sumo un cesto de mimbre o una
maleta. Viajan al exilio con lo puesto, algo de ropa, alguna manta o blancas
sábanas; su capital más valioso. Estas valientes mujeres, compañeras de la
verdad y la vida, no desfallecen. Unas son jóvenes, otras tienen la bella luz de
las flores marchitas. Todas nos muestran su fuerza intrínseca en sus manos y
en el cristal de su cara. Su fragilidad es su entereza.
Con cada gesto, cada una de estas siete mujeres, nos encoge el corazón.
Corazones de un público compasivo, como las ropas se arrugan después de
soportar la fría lluvia en el camino, o el desgarro que deja la mar a los
desposeídos, que un Poseidón indulgente, les permite llegar a la fría, muchas
veces, inhóspita arena. La natural sencillez expresiva de estas mujeres nos
conmueve. Mujeres, como pan poesía; palabra veraz arrancada del alma
como pétalos del dolor en flor. La música que envuelve la escena, da cobijo y
hace mecer el viento como un cántico. Solas, en el silencio de la noche,
pueden escuchar sus corazones; latidos sinfónicos que se paran de golpe,
esperando volver a su vida, como en la resurrección de Mahler. Hasta
entonces, en este exilio de silencio, ellas llevarán su alma guardada en la
maleta.
[ Estas pocas y sinceras palabras me fueron arrancadas al asistir a la representación de
Exilio, el lunes día 30 de julio en el Archivo General de Simancas. Creo honestamente,
que no fue al único. BRAVO *}
Ayer jueves 9 NUEVE *} de agosto, tuvo lugar a las 9 NUEVE *}de la tarde en el Patio de las
Antiguas Escuelas de Geria, otra emotiva representación de EXILIO, con las
Antiguas Escuelas de Geria, otra emotiva representación de EXILIO, con las
siete actrices de Cañuelo Teatro. Con la verdad por delante, quiso también el tiempo,
vaticinio de lo que allí se iba a mostrar, poner ese énfasis de realidad. Nada de artificios.
Los dioses no fueron indulgentes con los que aún eran capaces de mostrar alguna incoherente'sonrisa'. Como si se tratara del preámbulo a la muerte segura, el viento levantó sus alas arrancando el polvo de la tierra. La copa del viejo y sabio olmo, agitaba en un baile sus ramas presas y todo cuanto allí había, gemía arrebatado por el viento.
El frío de pronto se adueñó del atardecer y el público contagiado por la obra, sabiendo lo que aquellas
mujeres represantan en la obra, en un acto reflejo, abrigábanse como
si así pudieran también abrigarlas a ellas.
El patio de las antiguas escuelas, un bello lugar –como vaso idóneo– resultó ser la metáfora en carne viva puesto allí para la escena. Los muros de piedra y la alambrada ponían cerco a la vida. La tierra, de heridas y recreos no dejaba lugar a dudas: mirad, lo que estas mujeres os muestran, aprended y sobre todo, jamás lo olvidéis.
Miguel Segura
EXILIO (performance)
Cañuelo Teatro
Sinopsis
Cañuelo Teatro
Sinopsis
“Exilio es una intervención artística, donde las acciones, la música y la poesía
se mezclan hasta llegar a todo un recital emocional, simbólico y plástico.
Exilio cuenta la historia de miles de personas que un día tuvieron que
abandonar su hogar, su tierra y su familia dejando atrás un pasado para dar
un futuro a sus hijos. Desde la posguerra española hasta hoy, colas
interminables de almas con toda su vida metida en una maleta arrastran el
polvo del camino. Buscan un trabajo, un futuro, un pasaporte. La historia
interminable protagonizada como casi siempre por mujeres. Las mujeres que
avanzan a un Yukali, a ese país de los deseos, mujeres que pueden con
todo. La mujer, la madre, la novia, la hija. Un homenaje a todos aquellos que
dejaron lágrimas por el camino para encontrar la sonrisa perpetua”.
Las Siete Mujeres de Cañuelo Teatro, son: Maricarmen Prieto, Feli Castro,
Maisa Martín, Poli Pérez, Coto Domínguez, María Jesús García y Reyes Sánchez.
Autor y Director, Exiquio Rodríguez.